La filosofía, en mi vida, pero podría afirmar que, en la
vida de todos los seres humanos, tiene la mágica función de sacarte de contexto
todo el tiempo.
Es como vivir en una intensa agonía, buscando las respuestas a las grandes
preguntas que siempre nos volveremos a hacer, sabiendo, de alguna manera, que
no las vamos a encontrar. Para quien leyó a Galeano, podría mencionar su
conocida frase sobre la utopía, pero no voy a hacerlo; si no la conocen, los
invito a indagar. En una comparación mental, para mí, filosofar es el arquetipo
de esa utopía, la cual, te hace caminar y así, conocer.
Es una forma de armar y desarmar a la vez, a través de las palabras; creando
mundos y submundos, habitando los universos paralelos, del pasado, del futuro, entre
el porqué y el para qué. Es como estar en ese ir y venir, haciendo equilibrio
sobre la soga tan fina que sostiene esos estados. Constantemente uno anda ahí, preparándose
para morir, día tras día. Y en lugar de calmarnos, como hacen algunas
religiones cuando nos afirman que iremos al paraíso o al infierno según nuestro
comportamiento, la filosofía te prepara para lo peor, acá, en la tierra. La
religión te susurra al oído mentiras piadosas, te da como una pastillita con
puro efecto placebo que calma cualquier miedo; el truco no está en la pastilla,
está en las palabras que se te dijeron. Al fin y al cabo, a algunas personas
les hace bien. Y no estoy aquí para cuestionar eso. Creo que todos tenemos que
soportar la angustia enorme que nos provoca la existencia. No sólo eso, sino,
que para agregarle un condimento picante, vivimos en la completa incertidumbre
y eso, humanos, sí que nos aterroriza.
Hay diferentes mecanismos para atravesar todos esos “problemas” que nos traemos
desde antes de nacer. Depende quien, cambia la forma. Algunos meditan, otros
escapan de su realidad haciéndose daño, otros practican la devoción, y así,
podría enumerar ejemplos infinitos. Igual, creo que ninguno, cubre por completo
aquel vacío.
Abstraerse, puede ser una buena manera. Consiste en elevar la mente a ese mundo
de ideas del cual hablaba Platón, a través de la dialéctica, es decir, de la
conversación. Así, conocer lo inteligible, lo real en sí mismo. Me gusta creer que
algunos artistas viajan allí seguido y que cuando intentan traer sus formas y
materializarlas tal vez en un lienzo, crean ese arte al que nosotros le
llamamos “abstracto”. Usamos esa palabra quizás para etiquetar algo que nos
resulta inefable. Y ahora, me cuestiono. ¿Será realmente así? ¿Qué tan seguro
puedo estar de eso y de que no le decimos así a cualquier raya en un papel para
hacernos los progres? Y en verdad, quizás, ¿no entendemos? ¿Y el chiste está
ahí? ¿En no saberlo?
En conclusión, siento que hay cosas que se nos escapan por estar pensando en
ponerle un ´rotulo. Quizás se trate simplemente de observar, observar, observar…un
cuadro y quedarse con esa palpitación en el pecho. Y si queremos buscarle una
razón, hacerlo, a través de las auto preguntas que son las únicas que nos
acercaran a la verdad y al largo camino del autoconocimiento.
Como dije al principio, la filosofía en mi vida es como vivir fuera de contexto;
¡O ponerme en contexto? Es algo que me atraviesa los sentidos y va por más, no
sé hasta dónde más. Si tuviera que dar una breve explicación de qué es ciencia…diría
que “es el arte de observar desde fuera” A uno mismo, a todo, a todos, el todo.